miércoles, 11 de mayo de 2011

"Papá, cómprame la Fórmula 1"

Nunca antes el circo de la Fórmula 1 había entusiasmado tanto como ahora a los hijos y nietos de las grandes fortunas. James Murdoch, hijo del magnate estadounidense Rupert Murdoch, John Elkann, heredero de la familia Agnelli (accionista mayoritario de FIAT/Ferrari) y Carlos Slim Domit, vástago del hombre más rico del mundo, andan detrás del pastel que con tanto celo guarda el octogenario Bernie Ecclestone, actual patrón de la F1.

Aunque el verdadero dueño es el fondo de inversión CVC Capital Partners con un 70% de los derechos, el polémico y combativo abuelo de la F1 no renunciará fácilmente al bastón de mando que ostenta con puño de hierro desde finales de los años 70. Acostumbrado a campar a sus anchas por el paddock repartiendo órdenes a su antojo, Ecclestone se enfrenta ahora a la savia nueva de tres grandes fortunas: Murdoch, Agnelli y Slim. Los cachorros de estas acaudaladas familias se han encaprichado del negocio de la F1 y no es de extrañar, teniendo en cuenta los ingresos de más de 1.000 millones de euros anuales que genera el circo de las cuatro ruedas.

La palabra “intransferible” resuena desde hace algunas semanas por los pasillos de CVC Capital Partners. No obstante, el fondo ya ha reconocido públicamente que James Murdoch y John Elkann han presentado una oferta de compra formal y amistosa a través del consorcio Exor News Corporation. De momento no se trata más que de un simple acercamiento, es cierto, pero la cosa podría cuajar. En CVC no están nada satisfechos con el modo de llevar el negocio de Ecclestone. Además, ya han transcurrido cinco años desde que el fondo desembolsara 1.700 millones de dólares por la F1, periodo tras el cual el fondo suele valorar y estudiar posibles ventas. Pensar en un cambio de ciclo en no es descabellado.

Los rumores apuntan que Murdoch junior y su socio italiano habrían puesto sobre la mesa una propuesta inicial de 1.500 millones de euros (2.155 millones de dólares). La oferta, como ha reconocido CVC, “está en una fase muy preliminar” y pese a que la F1 “no está en venta”, la llegada de un tercer inversor podría ablandar al fondo de inversión. Este actor aún en la sombra no es otro que el hijo de Carlos Slim, el magnate mexicano que ostenta el título de hombre más rico del mundo.

La afición de Carlos Slim Domit por la F1 ha llevado a su padre a patrocinar la escudería Sauber y a promocionar al piloto mexicano Sergio Pérez. El siguiente paso podría ser dirigir el negocio junto a James Murdoch y John Elkann. Pero antes de alcanzar esa cima, los tres cachorros deberán desbancar del trono a un Ecclestone muy reacio a disfrutar de un placentero retiro en su mansión londinense. El octogenario no abandonará su puesto privilegiado así como así. Es más, aunque finalmente Murdoch, Elkann y Slim logren su propósito y acaben al mando del gran circo, posiblemente el ‘tío Berni’ seguirá vinculado a la F1. La otra opción, la de alejar a Ecclestone definitivamente de los focos, se antoja muy cara, ya que la indemnización que podría recibir a cambio de hacer las maletas y regresar a La City sería multimillonaria.

La capacidad del actual patrón de la F1 para hacer buenos negocios es de sobra conocida. Cuando en 2006 JP Morgan, Lehman Brothers y Bayerische Landesbank (entidades acreedoras del grupo alemán de medios de comunicación Kirch, en ese momento dueño de la F1) vendieron el 75% del negocio a CVC, Ecclestone se embolsó 475 millones de dólares por la participación que aún mantenía en el negocio y aumentó aún más su poder como máximo responsable.
Más de un enemigo
Pero la mano de hierro con la que ha dirigido el gran circo durante los últimos 40 años, y en especial el último lustro, ha desgastado, y mucho, la relación de Ecclestone con las escuderías. El reparto de beneficios (los equipos controlan actualmente entre el 45% y el 49% de los derechos en función de sus resultados en la competición) es el principal escoyo que separa a ambas partes. Los 400 millones de euros de presupuesto que Ecclestone permite a las escuderías tampoco gusta a los pesos pesados del paddock, que exigen desde hace tiempo un aumento en la cifra y que no dudarían en darle la espalda si los interesados en comprar la F1 hacen una buena oferta.

El próximo mes de julio se renovarán los contratos para regular el reparto de los ingresos televisivos. De esa cita clave depende en gran medida el futuro de Ecclestone al frente de la F1, y en CVC son muy conscientes de ello. Por eso es muy probable que a partir de ese mes los rumores sobre ofertas de compra se sucedan y el octogenario se vea contra las cuerdas.

Llegados a este punto, los futuros dueños de la F1 deberán andarse con pies de plomo y no dar la guerra por ganada. Ecclestone ya ha demostrado en más de una ocasión que lo de rendirse no es lo suyo y que nunca da una batalla por perdida.  "Hay muchos que piensan que me tienen cogido por los genitales pero no tienen las manos suficientemente grandes", Berni dixit. El que avisa no es traidor.

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